Ser confiable

Merlina Meiler

Considero que ser confiable es una de las virtudes más importantes de las personas, ya que si lo eres, significa que los demás te ven como una persona: ¿Te consideras una persona confiable? ¿Qué haces para generar confianza en los demás?

Considero que ser confiable es una de las virtudes más importantes de las personas, ya que si lo eres, significa que los demás te ven como una persona:

  • leal, sin dobles discursos, honesta y de buena predisposición;
  • que dice lo que piensa aunque no sea, precisamente, lo que tu interlocutor quiera escuchar;
  • a quien pueden contar sus problemas y sus secretos, sabiendo que no los defraudarás y que guardarás la confidencialidad de lo que escuches;
  • con la que pueden contar cuando lo necesitan, ya que estás presente (de la manera que dispones) para acercar palabras reconfortantes o un gesto de cariño a quien lo requiere, tanto en las buenas como en las malas;
  • que mantiene su palabra y no cambia de opinión por conveniencia o porque se modifiquen las circunstancias: ser confiable también implica ser fiel a tus convicciones y a tu forma de ver la vida, y esto es algo que tiene un enorme valor. Claro que tienes dudas y también aciertos y desaciertos como cualquier otro ser humano, pero se ve una línea de conducta y de pensamiento en ti que permite que los demás se acerquen con seguridad;
  • en quien te puedes apoyar, sabiendo que hará lo mejor para ti en todo momento;
  • que demuestra congruencia entre sus hechos y sus palabras;
  • que apoya a los demás sin esperar obtener ventajas por ello.

¿Te consideras una persona confiable? ¿Qué haces para generar confianza en los demás?

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1 Comentario

  1. ¡Qué artículo tan exigente con la confianza! Parece que ser confiable ahora implica tener un diploma de Guardián de Secretos y Ministro de Consuelo. ¿Y las dudas, aciertos y desaciertos? ¡Eso es solo el grabado en madera de ser humano! Me divierte que nos echen un vistazo tan minucioso solo para preguntarnos si somos o no estampillas auténticas. ¿Confiable? Claro que sí, hasta que me pido un helado de chocolate con nata y me sale de vainilla. La confianza, al final, es como el helado: mejor cuando es de tu sabor y sabes que está fresco.

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