Este artículo está dedicado, especialmente, a quienes no les está resultando fácil encontrar a la pareja que desearían. Trata sobre una de las posibles causas de esta dificultad.
Si te pidiera que definas cómo es la persona para ti, pensarías en un hombre o una mujer ideal. Detallarías algunos rasgos físicos (referidos a la altura, el peso, tal vez color de cabello o de ojos), características de la personalidad, por ejemplo, que tenga buen carácter, sentido del humor, que sea confiable, le guste el orden, no se queje…
El problema de centrarnos tanto en la búsqueda de la pareja ideal es precisamente, quedarnos con el concepto de que sí existe, y no ver las cosas como son.
Hay parejas reales. Los príncipes azules destiñen, las princesas de cuentos de hadas están perimidas en el siglo XXI. El hombre o la mujer de tus sueños solo tiene vida en ellos. Alrededor de ti, hay personas de carne y hueso, muchas de ellas dispuestas a formar un vínculo con responsabilidad y con la mejor predisposición para que sea exitoso. Son seres con defectos y con virtudes, a quienes en ciertos momentos querremos y en otros nos preguntaremos qué nos llevó a fijarnos en alguien así. Pero eso es lo verdadero, nadie es perfecto y lo ideal – si creemos que lo hemos hallado – solo dura poco tiempo, es un espejismo que aunque no lo deseemos dará paso a lo concreto, lo que sí existe, que tiene sus aristas positivas y otras no tanto, como todo. Y si te has estancado firmemente en el producto de tu imaginación, no permitirás que la realidad supere a tu fantasía…
¿Cómo te llevas con tus propios defectos? ¿Intentas taparlos, los ignoras, te enojas? ¿Puedes convivir con ellos, tratando de cambiar o de suavizar los modificables y de aceptar el resto? La manera en la que encares tu relación interna con las cosas que no te gustan de ti probablemente te dé la pauta de qué haces cuando quien está a tu lado se muestra tal cual es. ¿Le tienes paciencia? ¿Le exiges demasiado? ¿Aceptas aquello que no te gusta, sabiendo que todos tenemos nuestras fortalezas y debilidades? ¿O buscas a la persona ideal, inmaculada, hecha a tu medida, a quien le atribuyes características que tal vez ni siquiera tú llegarás a tener? Contestar estas preguntas y meditar sobre tus respuestas puede llevarte a relaciones más positivas y gratificantes.
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